Etica y Educación General

  Qué es ética
  Humanismo y ética
  Humanismo y profesionalismo
  Formación moral
  La universidad y la formación moral
  ¿Pude enseñarse la ética?
  Reflexión filosófica y metaética
  Reflexión y acción. Areté: virtud/excelencia
  Globalización de la ética


Qué es ética

La ética es el intento racional de averiguar cómo vivir mejor. O como decía Hostos, es el "bueno y verdadero vivir". Es la expresión humana de que la vida vale la pena. Si nos interesamos por la ética es porque preferimos la buena vida, vida humana y no vida de perros. La buena vida humana sólo es buena entre seres humanos. Ser humano consiste en tener relaciones con otros seres humanos.. Lo dijo Aristóteles: "Es lo mismo vivir bien, obrar bien que ser feliz", integrando las tres formas de vida, la vida práxica/ética (obrar bien), la vida sociopolítica (vivir bien) y la vida teorética (ser feliz). Sin los otros seres humanos, buenos y malos, santos y canallas, yo podría vivir pero no vivir humanamente. No es posible darse la buena vida sin dar la buena vida a otros. La buena vida exige el manejo de cosas (bienes externos) y el trato de personas como personas, "Si para mi todos son como cosas o bestias, yo no seré mejor que una cosa o bestia tampoco... La ética quiere una vida mejor y la religión algo mejor que la vida" (F. Savater). Vivir bien, dirá Aristóteles, es convivir.

La ética es el arte de elegir lo que más conviene y vivir lo mejor posible. La política es organizar lo mejor posible la convivencia social, de modo que cada cual pueda elegir lo que le conviene. Quien tenga la preocupación ética de vivir bien no puede desentenderse de la política.

La ética no es un añadido del hombre, sino que constituye su verdadera naturaleza. Ser humano es ser un ente moral.

Para Hostos "el bueno y verdadero vivir" será cumplir con los fines de la vida, es decir, cumplir "con el deber de realizar del modo más racional y concienzudo los fines todos de nuestra naturaleza humana... La moral no se ocupa más que de conseguir que los hombres individuales y colectivos realicen su naturaleza, o en otros términos, que sean real y efectivamente hombres". Menú

Humanismo y ética

"Ser humano es un deber" (Grahan Green). Tenemos "el deber de ser hombres verdaderos" (Hostos). Nacemos simplemente humanos, pero lo más difícil de todo, incluso que la carrera más difícil, es llegar a serlo. "De entre todos los animales, dijo Platón, el más difícil de manejar es el niño... bestia áspera, astuta y la más insolente de todas. Por eso se le debe atar y sujetar con muchas riendas, por así decirlo". Llegar a ser humano del todo es un deber ("Llega a ser el que eres" -Píndaro-, "Cumple con tu naturaleza" -Estoicos) y un arte. El "hombre verdadero" hostosiano es resultado del "deber de educar la conciencia individual".

La genética nos predispone a ser humanos, pero sólo mediante la interacción y convivencia humana y la educación llegamos a serlo. La realización del ser humano, la humanidad entera, está en función del obrar ético. Con el "ethos" está en juego lo humano, y la felicidad. Incluso algunas escuelas de pensamiento identificaron la felicidad con la vida virtuosa.

Se dice que el obrar sigue al ser, pero la realización del ser va a depender del obrar, principalmente del obrar ético. La conducta ética va a repercutir en la realidad metafísica del ser humano. Las malas acciones son la enfermedad del ser, o si se quiere, el bien está sobre el ser: "Es mejor ser bueno que ser hombre", dijo San Agustín. Menú

Humanismo y profesionalismo

Humanismo sobre profesionalismo. Modelo griego

La paideia (ideal educativo griego) disatinguía la eduación propiamente dicha (ejercida por el pedagogo visto como miembro de la familia, que convivía con los niños y adolescentes ayudándoles a desarrollar los valores cívicos y morales, formando su carácter) y la instrucción (ejercida por el maestro, colaborador externo a la familia y enseñaba conocimientos instrumentales como la lectura, escritura y la aritmética). La educación, orientada a la formación de la personalidad y desarrollo de los valores sociales y morales se consideraba más importante que la instrucción, orientada al desarrollo de destrezas técnicas o teoprías científicas.

Los sofistas tendían a desdeñar los saberes especializados para insistir en la formación general del ciudadano destinada a hacerle mejor en su conducta privada y social. Para Protágoras el progreso se basa no sólo en la capacidad técnica de los hombres, sino en su sentido de la moralidad, que ha permitido el desarrollo de la convivencia ciudadana y, por tanto, para la civilización. Sobre la habilidad técnica (demiourgiké téchne prometéica) está la habilidad para la convivencia (politiké téchne) basada en la moralidad y en el sentido de la justicia, énsitos en todo ser humano.

Equilibrio entre humanismo y profesionalismo. Siglo XVIII

En el s. XVIII la formación técnico-científica alcanza una importacia y atención equivalente en los centros educativos a la formación cívico-moral.

Profesionalismo sobre humanismo. Modelo postindustrial

Al dar mayor consideración a la formación profesional, asociando a los centros educativos con profesiones y carreras técnicas, al poder comprobar empíricamente los juicios de hecho resultando más seguro y práctico el modelo científico, mientras que los juicios de valor o propuestas morales son controversiales y menos contundentes, la tendencia es a que las instituciones educativas atiendan a lo primero dejando la educación moral a las familias y otras instituciones ideológicas.

Superación del dualismo educación/instrucción, humanismo/profesionalismo

Hoy, a finales del siglo XX, resulta engañoso e infructífero la contraposición educación/instrucción, educación general/concentración. Tiene poco sentido la enseñanza de aritmética, lectura, escritura y la capacitación una buena preparación técnica si los estudiantes no son más humanos y carecen del desarrollo básico de las capacidades morales. Habría que decir lo mismo de la situación contraria: poseer una autonomía ética y una personalidad moralmente desarrollada sin las destrezas necesarias para valerse profesionalmente. Ni educación sin instrucción, ni instrucción sin educación. La mejor preparación profesional es una buena educación general. ¿Cómo puede instruirse a alguien en conocimientos científicos y técnicos sin inculcarles respeto por valores tan humanos como la verdad, la exactitud, la honestidad, la curiosidad? ¿Cómo transmitir valores morales sin reflexionar sobre las ciencias y la historia y sin conectarlos con la profesión y con todas las formas de vida humana?

"El cambio más importante de las nuevas demandas de la educación es que ella deberá incorporar en forma sistemática la tarea de formación de personalidad. El desempeño productivo y el desempeño ciudadano requieren el desarrollo de una serie de capacidades que no se forman ni espontáneamente, ni a través de la mera adquisición de informaciones o conocimientos. Las formas institucionalizadas de educación deben, en síntesis, formar no sólo el núcleo básico del desarrollo cognitivo, sino también el núcleo básico de la personalidad" (Juan Carlos Tedesco). La formación del carácter y del talante moral tiene tanta o más importancia que el aprendizaje de datos y procedimientos técnicos. "Ciencia sin conciencia es la ruina del alma", decía Rabelais a su hijo en Gargantúa y Pantagruel.

"Ser civilizado y ser moral es lo mismo; que civilización y moralización de la humanidad debe ser el mismo propósito... Sin moral no hay verdadera civilización" (Hostos: Tratado de moral). Menú

Formación moral

Socialización primaria y secundaria

El ser humano aprende o debe aprender aquellas aptitudes básicas correspondientes a lo que los sociólogos llaman "socialización primaria", como hablar, asearse, vestirse, convivir con personas de diferentes edades, compartir objetos y dones con quienes le rodean, respetar normas, rezar a los dioses (si la familia es religiosa), distinguir lo que está bien o mal según las pautas de la comunidad a la que pertenece. Esta tarea ha sido encomendada tradicionalmente a la familia. "El niño como debe ser daría al hombre que debe ser" (Hostos).

Después, los grupos de amigos, las pandillas, la escuela, la universidad, el lugar de trabajo y otras instancias llevarán a cabo la "socialización secundaria", en cuyo proceso adquirirá conocimientos y competencias de alcance más especializado.

Eclipse de la familia y de la socialización primaria

El aprendizaje familiar es totalmente distinto al aprendizaje escolar. El primero está recargado de afectividad, funciona por vía del ejemplo y se le acompaña con gestos, emociones compartidas, chantajes afectivos, caricias y castigos cortados a la medida. Pero, "cuando la familia socializaba, la escuela podía ocuparse de enseñar. Ahora que la familia no cubre plenamente su papel socializador no sólo no puede efectuar su tarea esoecífica, sino que comienza a ser objeto de nuevas demandas para las cuales no está preparada" (Tedesco). A falta del control y de autoridad familiar se pide a gritos el control estatal. y a falta de autoridad institucional se reclama histéricamente mano dura. "Cuanto menos padres quieren ser los padres, más paternalista se exige que sea el Estado" (Savater).

La autoridad no consiste en "mandar": etimológicamente proviene del latín y significa "ayudar a crecer". Si los padres no ayudan a sus hijos a crecer y a prepararse para ser adultos, serán las instituciones educativas las que se vean obligadas a tomar por su cuenta la formación de la personalidad, no con afecto, sino por la fuerza, coactivamente.

La eclipse familiar no sólo está configurada con la ausencia de la autoridad, sino que hay que añadir la desaparición de la infancia. Las verdades de la carne (sexo, procreación, enfermedades, muerte...) y las verdades de la fuerza (violencia, guerra, dinero, ambición) que antaño se descubrían paulatinamente, de acuerdo a su edad, ahora se presentan con gran viveza y eficacia desde recién nacidos.

La universidad y la formación moral

Doble tarea de la escuela y la universidad de hoy

La educación moral es una materia invitable. Como quiera que sea se enseñan valores. Por consiguiente es necesario atender la educación moral como se atiende la historia, la ciencia, la política, las artes y la educación física. La universidad debe ayudar a que los estudiantes sean humanos y no asaltantes, asesinos y corruptos. "La tarea actual de la escuela y de la universidad está doblemente complicada. Por una parte tiene que encargarse de muchos elementes de formación básica de la conciencia social y moral de los niños y jóvenes que antes eran responsabilidad de la socialización primaria llevada a cabo en el seno de la familia. Y todo esto deben conseguirlo con los métodos modernos de la escuela, más distanciados y menos afectivos que los del ámbito familiar, que no pretenden sugestionar con identificaciones totales, sino con un acercamiento crítico e intelectual" (Savater). La situación de afrontar la escuela y la universidad la capacitación social y moral abre posibilidades prometedoras para la formación moral del individuo.

"El maestro debe ser educador de la conciencia infantil y juvenil; más que nada, la escuela es un fundamento de moral... Si educa lo que debe y como debe, ha de ser con el supremo objeto de educar la conciencia, de formar conciencias, de dar a cada patria los patriotas de conciencia, y a toda la humanidad los hombres de conciencia que les hacen falta". (Hostos: Tratado de moral).

Nuevas posibilidades para la formación moral

La socialización familiar del "ethos" suele estar acompañada de mitos, tabúes, absolutismos, autoritarismos y conservadurismos a ultranza. Al desertar la familia de esta responsabilidad parcial o en su totalidad aparecen posibilidades más liberadoras y prometedoras para la formación moral en un ambiente de socialización más racional, flexible y abierto. "Si la responsabilidad por la formación ética, por los valores y los comportamientos básicos pasa ahora a depender mucho más que en el pasado de instituciones y agentes secundarios, también se abren mayores posibilidades de promover concepciones tolerantes y diversas" (Tedesco). Ser tolerante no es ser neutral frente a valores contrapuestos. Menú

¿Pude enseñarse la ética?

¿Puede enseñarse la virtud? La respuesta a esta pregunta, desde que la hizo Sócrates, siempre ha sido intrigante y atractiva a divagaciones intelectuales. Por lo demás, esta pregunta resulta hoy académica. Todo el mundo enseña moral o valores morales. Aprendemos los valores primero en el hogar (por eso, cuando la familia está en crisis, la educación moral se convierte en problemática). Después se encarga de contrastar estos valores y de enseñar otros nuevos con gran naturalidad, eficacia y persuasión las universidades de la calle y del aire. Después vienen los centros educativos donde el aprendizaje es intencional incluyendo la motivación. La enseñanza de la ética en la escuela o universidad ocurre siempre de forma indirecta y a veces de forma directa.

Ante la dificultad de enseñar una ética específica en una sociedad pluralista cuyos miembros manifiestan preferencias de diversas éticas, algunos, inspirados vagamente en Piaget, sostienen que la ética no puede enseñarse de modo temático, como cualquier otra asignatura, sino que debe ejemplificarse en la organización del centro educativo, en las actividades estudiantiles, en las actitudes del maestro, asi como impregnar de moralismo cada una de las materias.

"La idea de que los valores morales le llegan al niño por vía indirecta asistiendo a clases de otras materias o participando en actividades escolares, puede ser válida en los primeros años de la enseñanza pero más adelante se hace con toda evidencia insuficiente. Como ha señalado John Dewy, no hay que confundir el aprendizaje directo o indirecto de nociones morales con el que enseña nociones acerca de la moral y de los argumentos que la sustentan" (Savater). La propuesta de la universidad no va dirigida a la adquisición de virtudes o hábitos buenos, aunque se adquieran, y no sólo hábitos buenos, sino también malos, durante el proceso de enseñanza-aprendizaje. Un ejemplo concreto lo tenemos en la pretensión de impregnar de "excelencia" o virtuosidad el mismo proceso. La universidad es para enseñar a las personas a ser sensatas, no santas. Lo que sí puede enseñarse temáticamente en la universidad es el sentido de las preferencias éticas, que son ideales racionales, y contrastarlas con otras preferencias. El pluralismo de nuestra sociedad no quiere decir que cada cual pueda tener su ética y que todas valgan igual (como se intentó fracasadamente con la "clarificación de valores"). Lo que cada cual tiene es su conciencia moral, la cual es personal e intrasferible. Puede argumentarse la superioridad ética de unos valores sobre otros, empezando por valorar el mismo pluralismo que permite apreciar la diversidad.

Neutralidad vs partidismo

Podremos estudiar o no ética, pero cada asignatura, la institución misma, tiene su ética. La neutralidad es una ilusión. La educación escolar "nunca es neutral: elige, verifica,presupone, convence, elogia y descarta. Intenta favorecer un tipo de hombre frente a otros, un modelo de ciudadanía, de disposición laboral. Ningún maestro puede ser verdaderamente neutral, escrupulosamente indiferente ante las alternativas que se ofrecen a su discípulo... La cuestión educativa no es "neutralidad-partidismo" sino establecer qué partido vamos a tomar. Hay argumentos racionales para preferir la democracia a la dictadura, es mejor optar por los argumentos racionales que por las fantasías caprichosas o las revelaciones ocultistas" (Savater). No puede haber neutralidad respecto al racismo, la pena de muerte, los asesinatos, la corrupción gubernamental, el colonialismo, la supresión de una cultura o de una nación, la diferencia abismal entre opulencia y miseria.

Educación para la libertad y la responsabilidad

Aquel quiere eludir su responsabilidad cree en lo irresistible., aquello que avasalla sin remedio, sea propaganda, droga, apetito, soborno, amenaza, forma de ser. En cuanto aparece lo irresistible deja uno de ser libre y se convierte en esclavo y marioneta de las circunstancias. Los partidarios del autoritarismo tanto religioso como político creen firmemente en lo irresistible y sostienen que es necesario prohibir todo lo que pueda resultar avasallador: ¡una vez que la policía haya eliminado todos los irresistibles no habrá más delitos ni pecados. Tampoco habrá libertad, pero el que algo quiere algo le cuesta. Pero "lo irresistible no es más que una superstición inventada por los que tienen miedo a la libertad, que no nos quieren vernos más contentos, sino sabernos más esclavos" (Savater"). A pesar de las prohibicioes y la vigilancia de la policía podemos seguir obrando mal, es decir contra nosostros mismos, si queremos.

Desarrollo del gusto moral: Conciencia e imbecilidad moral

Hay personas que tienen desde pequeños mejor "oído" ético (conciencia) que otros y un "buen gusto moral" en cuestiones de bien vivir, pero este "oído" y este "buen gusto" pueden afirmarse y desarrollarse con la práctica (lo mismo que el oído musical y el gusto estético) de tal modo que haya ciertas cosas que nos repugne y dé asco espontáneamente hacer, como decir mentiras, ser infiel... La conciencia nos cura de la imbecibilidad moral. "Educar la conciencia individual es el deber por excelencia" (Hostos).

Pedagogía ética. Cómo enseñar ética

El ethos se forma no sólo en la mera repetición, en el azar con el que la vida nos ofrece sus alternativas, sino en la actividad organizada y humanizada por la presencia del maestro. "Tocando la cítara se hacen tanto los buenos como los malos citaristas... Si no fuera así, no habría necesidad de maestros, ya que todos serían de nacimineto buenos o malos. Y lo mismo ocurre con las virtudes: es nuestra actuación en nuestras transacciones con los demás hombres lo que nos hace justos o injustos (EN, II,1). El ethos bueno se hace en esa práctica que nos posibilita la sociedad. Todo el cuadro de virtudes que Aristóteles expone -valor, magnanimidad, amabilidad, sinceridad, pudor, valentía, dignidad, firmeza...- sólo puede originarse en relación con los otros. El lenguaje de la ética es un lenguaje de relación: justicia, amor, cooperación, injusticia, odio, violación...

La construcción de una sociedad justa está ligada al tema de la educación del ciudadano para la justicia.

Enseñanza de la ética como una ciencia más

Esta postura la asumen los defensores del intelectualismo moral inciado por Sócrates y Platón. Si la virtud se basa en el conocimiento, y la virtud es enseñable, debe buscarse una ciencia o técnica de la ética. Así como hay una excelencia en cada oficio y ciencia, la areté debe fundarse en una ciencia cívica. Al concebir la acción moral análoga a la actividad técnica se querían idénticas garantías: una acción racioanl, especializada, fundada en principios objetivos, exactos, infalibles. Tradicionalmente se enseñaba ética (todavía en algunos centros ideológicos se enseña así) como se enseñan las ciencias positivas y exactas, organizando el contenido en principios, leyes y aplicaciones, tal como lo hizo Spinoza en su "Etica" u Hostos en su Tratado de moral : existe "un orden moral inmutable establecido por la naturaleza humana, fundado en las leyes eternas de la razón y la conciencia". El fundamento de la moral formado por principios y leyes invariables es inmutable e incontrastable. Todo este andamiaje moral (naturaleza, orden y leyes) puede ser objeto de estudio positivo como cualquier otra ciencia.

Si hay una ciencia poco o nada exacta, esa se llama ética. El primero que criticó estos postulados fue Aristóteles señalando que "en cad género de conocimientos hay que buscar aquella exactitud que permite el objeto de los mismos, y que en materia moral no se puede ser tan exacto como en otras materias" (Et. Nic. I,3). El dominio de la ética es "lo que puede ser de otra manera".

La concepción de la escuela y de la universidad como un centro politécnico donde se enfatizan las destrezas y competencias ha llevado a tratar la ética como una asignatura más en la que se desarrollan, mediante unos ejercicios, unas destrezas y competencias específicas. A esto suele añadirse la literacia y la historia moral. Menú

Reflexión filosófica y Metaética

La misma noción de la ética (reflexión filosófica acerca de las costumbres o valores) nos da la clave para elegir el enfoque de la educación moral a nivel universitario. Fué Sócrates quien obligó a reflexionar sobre la vida y las costumbres, sobre el bien y el mal.

La verdadera educación no consiste en enseñar a pensar, sino en aprender a pensar sobre lo que se piensa. La reflexión es una actividad intencional y disciplinada que consiste en pensar sobre nuestro pensamiento, sobre nuestros propios juicios, elecciones y razones éticas. La reflexión es la habilidad para pensar sobre nuestro pensamiento y ser crítico de nuestras propias acciones. La reflexión filosófica puede recaer sobre:

La literacia e historia moral

El conocimiento moral se obtiene demasiado temprano en la vida. Los hábitos se han aprendido antes de ser nombrados y descritos. Cada cultura, cada época de una misma cultura, la historia de uno mismon ha tenido distinto talante moral.

Situaciones y problemas morales

Aplicación del pensamiento filosófico y de las destrezas de pensamiento (analizar, clarificar, argumentar, definir, inferir y comparar), propias de la lógica "informal" a estas situaciones y problemas modernos.

Dilemas y conflictos morales

Solución de conflictos morales. Toma de decisiones morales. Partir de los dilemas propios y de los conflictos personales (educación moral existencial).

Sistemas o teorías éticas: Metaética

Teorías sobre una teoría. Comparar diversas teorías, identificar mi teoría y compararla con otras teorías. Juicio crítico de las teorías desde distintas perspectivas. Menú

Reflexión y acción. Areté: virtud/excelencia

El ethos no brota de la reflexión, del pensamiento que interpreta la experiencia, sino que se solidifica en las obras y en la actividad humana. "Somos lo que hacemos". Y la virtud o excelencia no es uun acto sino un hábito, resultado de esfuerzo y de muchos actos. Areté significa "excelencia" o "superioridad", a la par que "virtud", con un fuerte énfasis en lo competitivo. Critias afirmaba que "mucha más gente se hace buena por la práctica que por su naturaleza, admitiendo la importancia de la educación. A nadie se le regala la buena vida humana y nadie consigue lo conveniente para él sin coraje ni esfuerzo; virtud deriva etimológicamente de vir, la fuerza viril del guerrero que se impone en el combate contra la mayoría. Si obro bien cada vez me será más difícil obrar mal y viceversa: lo ideal sería ir cogiendo el "vicio" de vivir bien.

Al aprender cómo son y cómo actúan los hombres estamos forzados a trascender el dominio de la teoría "pues no investigamos para saber qué es la areté, sino para ser buenos, ya que en otro caso sería totalmente inútil" (Aristóteles: EN, II, 2). "Practicando la justicia nos hacemos justos; practicando la moderación, moderados y practicando la fortaleza, fuertes" (EN, II,1).

La Stoa definen la virtud como conocimiento y el vicio como ignorancia. Quien no es virtuoso y sabio es malo y loco; el sabio es libre, libre de necesidades y pesares; el necio o loco es malo y desgraciado, esclavo y mendigo.

Para Petrarca es la retórica de Cicerón y de Séneca y no la lógica o reflexión moral de Aristóteles la que le motiva a ser mejor. "He leído todos los libros morales de Aristóteles... Con ellos me he vuelto tal vez más docto, pero no mejor, según debiera. La ética se enseña no porque ampliemos nuestro saber, sino porque seamos buenos. Veo que Aristóteles define egregiamente la virtud, la divide y la expone agudamente. Aprendido lo cual, sé un poquillo más que sabía: sin embargo, el ánimo sigue siendo igual que era, como sigue la voluntad, como sigo yo mismo. Una cosa es saber y otra amar, una cosa entender y otra querer". Un par de años antes de su muerte, Petrarca se decía: "Quien quisiera enseñar buenas costumbres a los humanos lo conseguiría mejor con las páginas de los clásicos que con las bárbaras de los judíos".

Hostos asigna un carácter práctico a las ideas morales, las cuales son más que instrumentos de verdad, instrumentos de bien, de moralidad y de justicia. "El que más ideas morales tiene es también el que más las practica... el que mejor cumple con sus deberes de hombre, de hijo y de ciudadano". "Así como las ideas intelectuales provocan a otras ideas y todas juntas se encaminan hacia la verdad, las ideas morales provocan la práctica del bien, de que son representaciones ideales". Con todo y eso, "más vale ser bueno sin saberlo, que ser malo teniendo idea de bien". Menú

Globalización de la ética

Carlos Marx es uno de los primeros filósofos quien plantea la universalización de la ética como resultado de la supresión de las éticas clasistas. Nuestro Hostos propone la utopía de la "conscificación" de la civilización que no es otra cosa que la Humanidad moralizada o "conscifecha".

Se han mundializado las telecomunicaciones, el comercio de armas, el transporte, los intereses económicos, el mercado; pero están lejos de mundializarse el amor intelectual por lo humano (mundialización humanista), el interés por los derechos básicos de la persona humana, la erradicación global del hambre, la guerra, la violencia, la superpoblación, la contaminación ambiental, la discriminación racial y sexual, entre otros. Menú